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Mostrando entradas de 2014

Disonancia cognitiva

No sé qué hacían estas ansias desgastadas en la intemperie, porque la lluvia llegó con prisa y ahora están casi arruinadas [ojalá que la prisa no me cobre tu mirada]. De pronto es culpa de los dedos estáticos y el deseo a medias, de la rebeldía absurda y la indeterminación. Porque vos y tu partida Las mañanas no pueden ser menos mágicas, mis retinas dejaron de reflejar sus colores en el momento en que ya no tuve con quién verlas o alguna razón para hacerlo. Además, he dejado de buscar palíndromos con el verbo "tener" y el pronombre "tú", esas costumbres se me acaban cuando me percato de la ausencia [al derecho y al revés me faltas]. Últimamente me he visto en el prolongado dilema de no saber si dormir y no despertar o no dormir nunca. Despertar dejó de ser una opción en el momento en que supe que no estarías a mi lado, pero dormir se ha vuelto tedioso, ya no hay sueños que quiera soñar porque ahí tampoco estás. Por lo menos disfruté del insomnio entre tus...

Prolegómenos a la utopía.

"Aún queda por definir si disfruto más el esplendor de su presencia o la ansiedad por su llegada". Esa figura ideal que forman sus brazos al rededor de mi torso suele ser un lindo lugar para pensarnos, porque en la distancia me gusta imaginar sus poros achinados y sus labios en busca de mis besos. Debería dejar que sucedamos, porque estas ganas de auroras sólo me las quita usted y la idea de volver a ese punto en el que la sinfonía inconclusa de sus dedos sobre mi piel nos lleva lejos, me parece suficiente para que lo permita. Deje que seamos, porque no me molestaría perder el tiempo en su espacio... despacio. Déjenos ser. "Dulce magnetismo, dos cargas opuestas buscando lo mismo".
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Lo que usted no sabe es que, de todos los precipicios, siempre voy a terminar escogiendo el suyo.

Sentipensando-te.

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Sos primavera Cuando mostrás una media sonrisa y empezás a dibujar la vida con tus palabras. Cuando llegás con tranquilidad y me envolvés con una mirada profunda y llena de misterio. Cuando me permitís entrar en tu realidad y me hacés creer en razones para quedarme. Soy invierno Cuando pienso en vos sabiendo que no hay forma de tenerte. Cuando me acuerdo de que no está mal sentirte, pero que no debería hacerlo.  Y es que tal vez sí, pude haber llegado en otro momento a tu vida. Somos otoño Cuando en un instante,  de repente, se forma un puente de infinitos entre tu mirada y la mía.

El mundo

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Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos. El mundo es eso -reveló- Un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas . Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende. Eduardo Galeano.
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Sólo me gusta la rutina cuando empieza con café y termina contigo. 

Apnea

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Usted es esa noche espesa que me enreda con cada susurro. ¿Le parece bueno y equitativo privarme por tanto tiempo de verle a los ojos? Porque le aseguro que mi sistema superior trascendente son sus poros y lo justo que yo pueda rozarlos siempre que quiera. Lo que no me parece es que se quede mirándome fijamente, porque me acostumbro a su mirada y luego usted se va y el vacío se vuelve tedioso, sobre todo porque no parece dos hojas de otoño naranjas y brillantes, y porque no me atrapa con cada pestañeo. Necesito hacer encajar el principio de reciprocidad con el hecho de que sea usted quien me haga ver la luna, porque está alumbrando muy lindo y se pone del color que usted quiera, cuando la ve conmigo. Si quiere yo dejo que vulnere mi derecho a la intimidad, pero sólo porque así puede mostrarme todos esos sitios lindos que hemos soñado con ver y sentir...  Deje que se me acorte la respiración y vuelva a caminar a mi lado, porque el camino es más soportable co...

In other words...

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Tratando de descifrarme me pierdo y lo pierdo, porque en definitiva lo nuestro es caos y cada vez que tratamos de reconstruirnos, nos volvemos polvo mutuamente. No me importaría volar como partícula cada vez que busco su boca y me encuentro con su palabra interrumpida y reservada, pero todo porque al acercarme a usted mi corazón da saltitos y porque además mi piel no puede evitar achinarse. Venga, que el ánimo de repelernos es más grande, pero menos fuerte. Venga y me enseña cómo mirar en su interior sin tener que dejar de besarlo y cuando lo haga podré permitir que se vaya, si es lo que quiere, aunque después regrese y con desconcierto me exija que vuelva a mudarme a sus labios.

"Fe de errata".

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Sí, aún escribo sobre usted, pero no se sienta importante,  siéntase usado.

Obsesionario en la menor.

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Me jode no poder verlo. Me joden sus publicaciones, su maña de sacarme en cara lo bien que la está pasando solo. Me jode la costumbre de pensarlo siempre que estoy leyendo un libro de Cortázar o poesía de Borges. Me jode que por la noche, sola en la habitación, empiezo a pensar en esa época en la que juntos hicimos y deshicimos bajo las estrellas... o bajo su techo. Me jode mucho, muchísimo, esta soledad, que me hace conocerme más de lo que alguna vez pude, que me hace darme cuenta de la falta de afecto que poseía por mí misma y que intentaba compensar aferrándome a usted. Usted, que ahora me jode la vida; me la jode porque me dejó herida y poco a poco cicatricé, pero siempre se da el espacio para revisar de nuevo nuestras cicatrices y darnos cuenta de que hemos avanzado, de que no pensamos igual que en el pasado, de que sí; aprendimos,  pero recordamos.   En 5 minutos habré olvidado que escribí esto para usted, y espero no recordarlo, porque se supone que lo superé ...

Poema al gran masturbador

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A pesar de la oscuridad reinante la noche estaba en sus comienzos en los bordes de las grandes escalinatas de ágata donde fatigado por la luz del día que duraba desde la salida del sol el gran Masturbador su inmensa nariz apoyada sobre el piso de ónix sus enormes párpados cerrados la frente corroída por horribles arrugas y el cuello hinchado por el célebre forúnculo que bulle de hormigas se inmoviliza estático en ese instante del crepúsculo todavía demasiado luminoso mientras la membrana que recubre enteramente su boca se endurece a lo largo de la angustiosa de la enorme langosta aferrada inmóvil y apretada contra ella desde hace cuatro días y cinco noches. Todo el amor y toda la embriaguez del gran Masturbador residía en los crueles ornamentos de oro falso que recubren sus sienes delicadas y blandas e imitan la forma de una corona imperial cuyas finas hojas de acanto bronceado se prolongan hasta las mejillas rosadas e imberbes...

Persona

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“¿Crees que no lo comprendo? El sueño imposible de ser. No de parecer, sino de ser. Consciente en cada momento. Vigilante. Al mismo tiempo, el abismo entre lo que eres para los otros y lo que eres para tí misma, el sentimiento de vértigo y el deseo constante de, al menos, estar expuesta, de ser analizada, diseccionada, quizás incluso aniquilada. Cada palabra, una mentira, cada gesto una falsedad, cada sonrisa una mueca. Te sientes perpeleja de que a veces tus ideas de la vida no concuerden con tus actos. ¿Suicidarse? ¡Oh, no! Eso es horrible. Tú no harías eso. Pero puedes quedarte inmóvil y en silencio. Por lo menos así no mientes. Puedes encerrarte en tí misma, aislarte. Así no tendrías que desempeñar roles, ni poner caras ni falsos gestos. Piensas. Pero ¿ves? La realidad es perversa, tu escondite no es hermético. La vida se cuela por todas partes. Estás obligada a reaccionar. Nadie pregunta si eres real o irreal, si eres verdadera o falsa. La cuestión sólo importa e...

De historias bonitas.

Una gota . Micra acuifera que roza las papilas gustativas, deslizándose suavemente por entre las amigdalas, sobre el hioides, a través de la tráquea. Cae, apaciblemente llega, se fusiona con pepsinas y ácidos, 5 segundos y ya no hay gota.  Una hoja . Órgano vegetativo que, de la nada, se desprende de su origen. Aprende a flotar en el aire y se llena de extásis mientras juguetea con el mismo, sintiendo cómo las nubes juguetonas la soplan y mecen. Se adormila. Siente tocar una superficie más tosca, se olvida de su momento de gloria y se sumerge en un profundo sueño. La cuerda de una guitarra. Pedazo de acero desabrido masajeado por proteínas fibrosas, que rasgan su superficie y le hacen convulsionar, creando así melodías igual de desabridas. Convulsiona tanto que llega a su momento de climax, en el que siente cómo se deshace de sí misma, y queda reducida a dos pedazos de alambre con destino a la chatarra.                 ...
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Me encuentro atrapada en su recuerdo.

Preclusión.

Indeterminación: " Lo que es, no está plenamente determinado. Lo que es, es caos o abismo o lo sin fondo". Fuimos. Fuimos caos, abismo y lo sin fondo. Fuimos una constante incógnita, un constante devenir que se daba a lugar cuando me quedaba mirándolo y me enredaba en sus pestañas. Nunca estuve segura si lo mejor sería desenredarme o haberme quedado en ellas, esperando el momento en el que se cansara de sostenerme y me dejara caer, mientras sentía que sólo estaba en el rodadero, como una de las tantas veces en las que en el parque jugábamos como niños. Y es que con frecuencia me sentía ir, pero entonces me quedaba estancada y volvía a trepar.  Hasta que decidí desenredarme sola y evitar sentirme en un sueño onírico, en el que de todas formas no habría tenido control de nada. Simplemente en lo que respecta a su partida no he podido dejar de sentirla como un mal sueño, uno del que me despertaré y sentiré en mi cara el calor de su pecho, sus latidos y unas ansias ...

Antagonía.

Mi vida se parte en dos: La escéptica y la soñadora.          La tímida y la sensual. La sencilla y la caprichosa.          La solitaria y la dependiente. La simple y la cariñosa.          La desconfiada y la entregada. La distante y la benévola.          La perspicaz y la pendeja. Mi vida se parte en dos: entre parte y contraparte, un  abismo de diferencia entre la una y la otra. Mi vida se parte en dos; y en la mitad lo encuentro a  usted.

Anhelo.

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Sueño con usted; y cuando lo hago, me doy cuenta de lo lejano que está de mi realidad.