Preclusión.
Indeterminación:
"Lo que es, no está plenamente determinado. Lo que es, es caos o abismo o lo sin fondo".
Fuimos. Fuimos caos, abismo y lo sin fondo. Fuimos una constante incógnita, un constante devenir que se daba a lugar cuando me quedaba mirándolo y me enredaba en sus pestañas. Nunca estuve segura si lo mejor sería desenredarme o haberme quedado en ellas, esperando el momento en el que se cansara de sostenerme y me dejara caer, mientras sentía que sólo estaba en el rodadero, como una de las tantas veces en las que en el parque jugábamos como niños. Y es que con frecuencia me sentía ir, pero entonces me quedaba estancada y volvía a trepar.
Hasta que decidí desenredarme sola y evitar sentirme en un sueño onírico, en el que de todas formas no habría tenido control de nada. Simplemente en lo que respecta a su partida no he podido dejar de sentirla como un mal sueño, uno del que me despertaré y sentiré en mi cara el calor de su pecho, sus latidos y unas ansias inmensas de acercarme a su boca y no parar de besarlo.
Castoriadis tiene que explicarme cómo es eso de que nunca llegamos a ser, porque fuimos caos, abismo, y lo sin fondo, pero nunca llegamos a ser.
Y es que al pensar en la palabra "caos" sólo viene a mi mente lo que hubo entre usted y yo, o tal vez el caos soy yo y la connotación que le doy es simplemente porque eso es lo que mi memoria busca recordar; la peor parte de la historia, de nuestra historia.
"La no determinación de lo que es, no es simple "indeterminación" en el sentido privativo y superficial. Es creación, es decir, surgimiento de otras determinaciones, de nuevas leyes, de nuevos dominios de legalidad".
No logramos crearnos. Nos quedamos en indeterminación y así fue como quisimos las cosas. Aunque mi conciencia me dice que fue el destino el que escogió por los dos, fui yo quién se encargó de alejarlo y usted me ayudó, aunque eso no fuera lo que queríamos, simplemente es esa tendencia nuestra a ser indeterminación.
Ahora puedo decir que tiendo a ser cenizas, las sobras de ese cigarrillo que siempre me fumo en el lapso entre pensarlo y no saber de usted.
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