Disonancia cognitiva

No sé qué hacían estas ansias desgastadas en la intemperie, porque la lluvia llegó con prisa y ahora están casi arruinadas [ojalá que la prisa no me cobre tu mirada]. De pronto es culpa de los dedos estáticos y el deseo a medias, de la rebeldía absurda y la indeterminación.

Porque vos y tu partida

Las mañanas no pueden ser menos mágicas, mis retinas dejaron de reflejar sus colores en el momento en que ya no tuve con quién verlas o alguna razón para hacerlo. Además, he dejado de buscar palíndromos con el verbo "tener" y el pronombre "tú", esas costumbres se me acaban cuando me percato de la ausencia [al derecho y al revés me faltas].

Últimamente me he visto en el prolongado dilema de no saber si dormir y no despertar o no dormir nunca. Despertar dejó de ser una opción en el momento en que supe que no estarías a mi lado, pero dormir se ha vuelto tedioso, ya no hay sueños que quiera soñar porque ahí tampoco estás.

Por lo menos disfruté del insomnio entre tus dedos.

Cuando miro el día, recuerdo que hay un vitral en medio de mis ansias y tu músculo orbicular [esa linda sonrisa sesgada], pero mi yo alternante no me permite quebrarlo, porque quebrarlo es quebrarme y temo perderme en ese momento

[perder sus ganas es perderme de igual forma].






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