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Mostrando entradas de noviembre, 2013

¿Dónde?

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¿Me extravié en la fiebre? ¿Detrás de las sonrisas? ¿Entre los alfileres? ¿En la duda? ¿En el rezo? ¿En medio de la herrumbre? ¿Asomado a la angustia, al engaño, a lo verde?... No estaba junto al llanto, junto a lo despiadado, por encima del asco, adherido a la ausencia, mezclado a la ceniza, al horror, al delirio. No estaba con mi sombra, no estaba con mis gestos, más allá de las normas, más allá del misterio, en el fondo del sueño, del eco, del olvido. No estaba. ¡Estoy seguro! No estaba. Oliverio Girondo

El amenazado

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Es el amor. Tendré que ocultarme o huir.    Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La    hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.    ¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,    la vaga erudición el aprendizaje de las palabras que usó    el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, la serena amistad,    las galerías de la Biblioteca, las cosas comunes, los hábitos, el joven    amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche    intemporal, el sabor del sueño? Estar contigo o no estar contigo, es la medida de mi tiempo. Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se levanta a la voz    del ave, ya se han oscurecido los que miran por la ventana, pero la    sombra no ha traído la paz. Es ya lo se, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la    espera y la memoria, el horror de...

Meditaciones desventuradas.

Y fue ese el momento en el que supe que nada volvería a ser como antes. En el torbellino de lo nuestro, lo tuyo prevaleció y lo mío se fue con lo tuyo. Me explico; mientras tú te fuiste intacto, sin rasguños o moretones, yo quedé desahuciada. Te llevaste lo mío y lo tuyo, ganaste el doble y a mí me quedaron los escombros de todo lo que alguna vez fue.  Y ahí empieza a doler; duele la ausencia, duele el frío, duele pensar y no poder dejar de hacerlo. Desconcierto No entiendo nada, supongo que debí habernos dejado en borradores. Nos creé un mundo, pero tú no quisiste ser parte de el. O peor aún, el hecho de ser parte de el fue lo que te hizo entender que ese no era tu lugar. A lo mejor pido demasiado, espero demasiado, quiero demasiado y soy demasiado poco... En este punto culparte se torna absurdo, tú no tienes la culpa de no querer contagiarte de lo que este manojo de inseguridades tiene para ofrecerte, lo tengo claro; soy muy buena destejiendo para enredar los ...

Rukbat.

Soy fuego sintiéndome agua. No me impongo, me moldeo. O tal vez soy una dicotomía, fuego y agua, luz y calma. Las dos tan aparte y tan parte de mí. ¿cómo encendemos el fuego con agua? Qué absurdo. Pero entonces llegas tú, y necesito saber ¿qué haces tú aquí? ¿qué buscas en esta aleación? ¿sabes acaso en qué te estás metiendo? Mírame, mira mis incoherencias, mis diferencias conmigo misma. Llegas tú a forzar la unión entre tu determinante  Pritvi tattva con mi receloso  tattva agni y entonces lo sé, sé que mi interior se está incendiando. Tienes tú la forma de hacer despertar en mí la gestación de unas nuevas ansias. Creamos de esta forma un micro cosmos, emanamos polvo de estrellas y en nuestra armonía alcanzamos   nuestro  tattva akasha. Nos inventamos y nos prolongamos.  Cuerpo celeste levitando en espacios incógnitos. A mí me llenan las ansias carnívoras de saborearle todo; sobrepasar la física: volar las falacias de los sentidos.

A media noche.

Se abren puertas se descubren ventanas Un fuego se enciende y me deslumbra Todo se decide encuentro Criaturas que yo no he deseado. He aquí el idiota que recibía cartas del exterior He aquí el anillo precioso que él creía de plata He aquí la mujer charlatana de cabellos blancos He aquí la muchacha inmaterial Incompleta y fea bañada de noche y de miseria Cargada de absurdas plantas silvestres Su desnudez su castidad sensibles de cualquier parte He aquí el mar y barcos sobre mesas de juego Un hombre libre otro hombre libre y es el mismo Animales exaltados ante el miedo con máscara de barro Muertos prisioneros locos todos los ausentes. Pero tú ¿por qué no estás aquí tú para despertarme? Paul Éluard.

Un cadáver exquisito.

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"Les éléphants sont contagieux". Paul Éluard.

Algo sin sentido y un caligrama.

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La literatura dibujada.  Mi amor. Sí, así es como te veo. Te veo mía, parte de mí. Amor, vida, mía. Quiero que seas la parte azul de la llama y yo ser la naranja. Que nos complementemos, quemándonos de a poquito, sintiendo cada uno de nuestros poros queditos, pegaditos como parte de un todo. Orbitemos mutuamente al rededor de nuestro propio centro, formemos nuestra Alfa centauri.  Sólo quiero de ti lo que tú estés dispuesta a darme, y yo a cambio te ofreceré todo lo que esté a mi alcance, todo aquello que nos permita elevarnos a nuevas galaxias, entre tus brazos y los míos. El hecho de partir en una nube sólo me resulta incitante si son sus pechos el hidrometeoro que cito. 

Pájaro azul

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Hay un pájaro azul en mi corazón que quiere salir pero soy duro con él, le digo quédate ahí dentro, no voy a permitir que nadie te vea. Hay un pájaro azul en mi corazón que quiere salir pero yo le echo whisky encima y me trago el humo de los cigarrillos, y las putas y los camareros y los dependientes de ultramarinos nunca se dan cuenta de que está ahí dentro. Hay un pájaro azul en mi corazón que quiere salir pero soy duro con él, le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres montarme un lío? ¿es que quieres mis obras? ¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros en Europa? Hay un pájaro azul en mi corazón que quiere salir pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir a veces por la noche cuando todo el mundo duerme. le digo ya sé que estás ahí, no te pongas triste. Luego lo vuelvo a introducir, y él canta un poquito ahí dentro, no le he dejado morir del todo y dormimos juntos así con nuestro pacto secreto y es tan tierno como para hacer llorar a un hombre, pero yo no lloro, ¿ll...

Te espero

Te espero cuando la noche se haga día, suspiros de esperanzas ya perdidas. No creo que vengas, lo sé, sé que no vendrás. Sé que la distancia te hiere, sé que las noches son más frías, sé que ya no estás. Creo saber todo de ti. Sé que el día de pronto se te hace noche: sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices, sé que soy un idiota al esperarte, pues sé que no vendrás. Te espero cuando miremos al cielo de noche: tu allá, yo aquí, añorando aquellos días en los que un beso marcó la despedida, quizás por el resto de nuestras vidas. Es triste hablar así. Cuando el día se me hace de noche, y la luna oculta ese sol tan radiante, me siento sólo, lo sé; nunca supe de nada tanto en mi vida, solo sé que me encuentro muy sólo, Y que no estoy allí. Mis disculpas por sentir así, nunca mi intención ha sido ofenderte. Nunca soñé con quererte, ni con sentirme así. Mi aire se acaba como agua en el desierto, mi vida se acorta pues no te llevo dentro. Mi esperanza de vivir eres tu, y no estoy allí. ¿Por...

Desvariando un poco...

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Yo te escribo. Y suena muy cliché, pero yo te escribo aunque sé que no me lees. Te escribo, te inmortalizo, te hago eterno. Te dibujo con las letras. Te pienso y te siento. Sentirte es mágico, tus manos sobre las mías, sobre mi cuerpo, sobre cada milímetro de mí. Saborearte es exquisito, el roce de mi lengua con tus labios, con tu piel. Tienes en tu piel mi sabor favorito. Al verte me dedico a contemplar tus retinas, a repasar cada detalle de tus pequeñas pupilas, para poderlas grabar en mi mente pronto olvidaré el color de tus ojos y tú olvidarás el de los míos , en este caso eso no sucederá. No si a diario me dedico a estudiar todo lo que ese par de universos tienen para ofrecerme. Sí, universos, galaxias, estrellas. Todo tan astromántico, tanta inmensidad en tan poco espacio. Déjame recordarte así, déjame recordarme así. Reflejada en tus ojos, escribiendo orgasmos en tu cuerpo. ¿Puedes ver la armonía mientras creamos nuestro propio pentagrama? No hay más que melodías; las que quere...

Luciérnagas.

A las cinco de la tarde Cuando el resplandor se queda sin brillo Y el jardín se sumerge en el último hervor dorado del día Oigo el grupo bullicioso de niños Que salen a cazar luciérnagas. Corriendo sobre el pasto Se dispersan entre los arbustos, Gritan su excitación, palpan su deslumbre Se arma un círculo alrededor de la pequeña Que muestra la encendida cuenca de sus manos Titilando. Antiguo oficio humano Este de querer apagar la luz. ¿Te acordás de la última vez que creímos poder iluminar la noche? El tiempo nos ha vaciado de fulgor. Pero la oscuridad Sigue poblada de luciérnagas Gioconda Belli

Discerniendo...

"cuando dos seres tratan de adueñarse el uno del otro./ eso no es amor, sino un querer impuro,/ querer sin amor creativo,/ sin santidad, motivado por el egoísmo/ (…) Querer sin belleza, fustigado por el sufrimiento”. Acuña nos lanza la idea de que el amor requiere libertad, requiere un crecimiento de las partes que puedan aportarse y mirar hacia adelante, por esto mismo aclara que el amor no es igual que el deseo, cuando hablamos del amor de pareja hacer esta aseveración sería un error, sin embargo la voz de los textos nos comienza a señalar el camino hacia el tipo de amor al que quiere conducirnos. Y nos dice, “El Amor tiene otro uso que/ el de unir dos seres en mutua comprensión."   J.L .

Realidad.

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"Nunca lo sentí. No sentí el momento en que la soledad me invadía, en que me perdía en mí misma, en que me alejaba de todo. No percibí que estaba cambiando, que poco a poco me aislaba de lo que solía ser. Simplemente un sábado en la noche, me acosté en mi cama y me sentí sola."

Necesidad de un poco de polvo de estrellas.

"Es un remedio (el sueño) que se obtiene sin nada a cambio, sin médicos ni brujería". La relajación. Mi mente es sólo caos y buscar la forma de ordenarla me perturba.  Entonces empiezo a buscar mi Onen, pero ¿cómo? Necesito adentrarme en mí misma y se me es imposible. Recurro a aquella luz, aquella relajación que se me hace tan necesaria y no encuentro más que oscuridad y garabatos. Sí, garabatos. Todo mezclado; pasado, presente y futuro. Principalmente pasado. Ahora entiendo que no es tan necesario, pero no puedo lograr deshacerme de el . Hadch u pixan ¿Dónde está mi verdadera alma? ¿por qué no logro dejarla salir? ¿por qué me agobio tanto por lo que está fuera de mí? ¿por qué, si lo que necesito con obstinación es lo que tengo dentro? " Somos un poco más nosotros mismos durante el sueño..." ¿y yo? ¿sólo soy exterior? Ni siquiera me conozco, no puedo decir quién soy, esto hace que tampoco pueda ser "un poco más" yo misma, principalmente no...
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Palpar un poco la felicidad y dejarla seguir en su camino paralelo. 

Cielo neblinoso

Se diría cubierta de vapor tu mirada; Tu mirar misterioso (¿es azul, gris o verde?) Alternativamente tierno, cruel, soñador, Refleja la indolencia y palidez del cielo. Recuerdas los días blancos, y tibios y velados, Que a las cautivas almas hacen fundirse en lágrimas, Cuando, presa de un mal confuso que los tensa, Los excitados nervios se burlan del dormido. A veces te asemejas a esos bellos paisajes Que iluminan los soles de estaciones brumosas... ¡Y cómo resplandeces, oh mojado paisaje Que atraviesan los rayos entre un cendal de niebla! ¡Oh mujer peligrosa, oh seductores climas! ¿Acabaré adorando vuestras nieves y escarchas, Y, al cabo, arrancaré del implacable invierno Placeres más agudos que el hielo y que la espada?  Charles Baudelaire

El puente Mirabeau

El puente Mirabeau mira pasar el Sena      Mira pasar nuestros amores.      Y recuerda al alma serena Que la alegría siempre viene tras de la pena           Viene la noche suena la hora           Y los días se alejan           Y aquí me dejan Frente a frente mirémonos-las manos enlazadas-       Mientras que pasan bajo el puente       De nuestros brazos -fatigadas- Las hondas silenciosas de nuestras dos miradas             Viene la noche suena la hora             Y los días se alejan             Y aquí me dejan El amor se nos fuga como esta agua corriente      El a...

El adiós

Recogí esta brizna en la nieve Recuerda aquel otoño                                        En breve No nos veremos más                                        Yo muero Olor del tiempo brizna leve Recuerda siempre que te espero. Guillaume Apollinaire.

No quiero convencer a nadie de nada.

No quiero convencer a nadie de nada. Tratar de convencer a otra persona es indecoroso, es atentar contra su libertad de pensar o creer o de hacer lo que le dé la gana. Yo quiero sólo enseñar, dar a conocer, mostrar, no demostrar. Que cada uno llegue a la verdad por sus propios pasos, y que nadie le llame equivocado o limitado. (¿Quién es quién para decir “esto es así”, si la historia de la humanidad no es más que una historia de contradicciones y de tanteos y de búsquedas?). Si a alguien he de convencer algún día, ese alguien ha de ser yo mismo. Convencerme de que no vale la pena llorar, ni afligirse, ni pensar en la muerte. “La vejez, la enfermedad y la muerte”, de Buda, no son más que la muerte, y la muerte es inevitable. Tan inevitable como el nacimiento. Lo bueno es vivir del mejor modo posible. Peleando, lastimando, acariciando, soñando. (¡Pero siempre se vive del mejor modo posible!) Mientras yo no pueda respirar bajo el agua, o volar (pero de verdad volar, yo ...

A través.

Doblo la página del día, escribo lo que me dicta el movimiento de tus pestañas. * Mis manos abren las cortinas de tu ser te visten con otra desnudez descubren los cuerpos de tu cuerpo Mis manos inventan otro cuerpo a tu cuerpo. * Entro en ti, veracidad de la tiniebla. Quiero las evidencias de lo oscuro, beber el vino negro: toma mis ojos y reviéntalos. * Una gota de noche sobre la punta de tus senos: enigmas del clavel. * Al cerrar los ojos los abro dentro de tus ojos. * En su lecho granate siempre está despierta y húmeda tu lengua. * Hay fuentes en el jardín de tus arterias. * Con una máscara de sangre atravieso tu pensamiento en blanco: desmemoria me guía hacia el reverso de la vida. Octavio Paz

Ausencia

Habré de levantar la vasta vida que aún ahora es tu espejo: cada mañana habré de reconstruirla. Desde que te alejaste, cuántos lugares se han tornado vanos y sin sentido, iguales a luces en el día. Tardes que fueron  nichos de tu imagen, músicas en que siempre me aguardabas; palabras de aquel tiempo, yo tendré que quebrarlas con mis manos. ¿En qué hondonada esconderé mi alma para que no vea tu ausencia que como un sol terrible, sin ocaso, brilla definitiva y despiadada? Tu ausencia me rodea como la cuerda a la garganta, el mar al que se hunde. Jorge Luis Borges

1964

I Ya no es mágico el mundo. Te han dejado. Ya no compartirás la clara luna ni los lentos jardines: Ya no hay una luna que no sea espejo del pasado, cristal de soledad, sol de agonías. Adiós las mutuas manos y las sienes que acercaba el amor. Hoy sólo tienes la fiel memoria y los desiertos días. Nadie pierde ( repites vanamente ) sino lo que no tiene y no ha tenido nunca, pero no basta ser valiente para aprender el arte del olvido. Un símbolo, una rosa, te desgarra y te puede matar una guitarra. II Ya no seré feliz. Tal vez no importa. Hay tantas otras cosas en el mundo; un instante cualquiera es más profundo y diverso que el mar. La vida es corta y aunque las horas son tan largas, una oscura maravilla nos acecha, la muerte, ese otro mar, esa otra flecha que nos libra del sol y de la luna y del amor. La dicha que me diste y me quitaste debe ser borrada; lo que era todo tiene que ser nada. Sólo me queda el goce de estar triste, esa vana costumbre qu...

Una carta de amor.

Todo lo que de vos quisiera es tan poco en el fondo porque en el fondo es todo, como un perro que pasa, una colina, esas cosas de nada, cotidianas, espiga y cabellera y dos terrones, el olor de tu cuerpo, lo que decís de cualquier cosa, conmigo o contra mía, todo eso es tan poco, yo lo quiero de vos porque te quiero. Que mires más allá de mí, que me ames con violenta prescindencia del mañana, que el grito de tu entrega se estrelle en la cara de un jefe de oficina, y que el placer que juntos inventamos sea otro signo de la libertad. Julio Cortázar.

Laconismo

Una sonrisa. Sólo eso le bastó para enamorarse de ella, en esa sonrisa veía su futuro marcado, sus días se contaban en el contorno de sus labios. Esa sonrisa era todo lo que, sin saberlo, había buscado siempre. Cuando estaba con ella se deleitaba con sus relatos sin importarle lo absurdos que fueran, él sólo seguía el movimiento coordinado de sus labios esperando a ver esa sonrisa asomarse de nuevo. Tendrían que haber visto la emoción de sus ojos cuando en ellos se reflejaba su sonrisa amada, esa mirada en la que se proyectaban un par de astros redondos e iluminados no podía pasar desapercibida.  Ella por su parte amaba sonreírle, la primera vez que lo vio, sintió la necesidad de hacerlo y apenas vio esos dos luceros que sólo tenían un destino y era su sonrisa, no se arrepintió nunca y es que su mirada la dejó extasiada. Desde ese día siempre buscaba ver todo lo positivo de sus días, para así poder deleitarlo y al hacerlo, sentir su mirada, el brillo de sus ojos tenía a...

Éxtasis

Es un instante en el que me acerco a su cuello, no se aleje, no tenga miedo que yo no lo muerdo tan duro. Las hormonas se activan y su respiración se acelera en conjunto con mis latidos, todo es muy rápido, no le prometo nada porque yo tampoco sé qué va a pasar. Me encanta cuando lo pongo así de nervioso, cuando volteo a verle los brazos y me doy cuenta de que le achiné la piel. Yo simplemente sigo el conducto habitual, con los mismos movimientos pero en diferentes direcciones, es una delicia saborearlo, no logra compararse con nada de lo que he probado antes. Quédese quieto un momento,  si quiere yo no lo demoro mucho, solamente quiero provocarlo, nada más…

Caterva mental

" Benditos los que olvidan , aunque tropiecen con la misma piedra " Nietzsche Te quiero porque supiste llegar de la nada, así como cualquier parásito de enfermedad, llegaste y no supe cómo hiciste para quedarte, pero te quedaste. Te quedaste a desordenar todo lo que había, cada partícula de mí y de mi cuerpo necesitó un cambio drástico al verse atrapada por tu ser. Te metiste en mi vida de la manera más burda, con tu música y tus bromas estúpidas sí que sabías cómo sacarme esa sonrisa que yo odiaba, pero que a ti te encantaba. No entiendo por qué lo aguanté todo, me desordenaste la vida y tal fue la magnitud, que todo lo que lograste fue obturar mis pensamientos y desviarlos hacia otro lugar, uno en el que formé un mundo con tus besos y nos llevé a otra dimensión de caricias cada vez más insondables. El problema está en que llegaste para irte, te fuiste sin ser capaz de dejarlo todo como lo encontraste, ¿y las ollas que no lavaste? ¿Y los pares de las medias que n...