Parayuxtada.
Usted es un instante queriendo permanecer y me tiene aquí, dejándolo alargar entre letras y miradas imaginarias, porque lo único que nos queda es permitirnos ser esta corta ilusión óptica, que nos desvanece de a poquitos y nos quema los poros ya desgastados por esperar besos y mordidas, que tal vez nunca sucedan.
Duración media de un espejismo: indeterminada, teniendo en cuenta que no existe medida de tiempo para calcular la relación entre los rayitos de sol que iluminan su sonrisa y mi mentón expectante por sus labios.
Dejarlo ir ya no es una opción, no después de descubrir que las supernovas son estrellas que explotan, liberando en el espacio [mis células contraídas por la oxitocina] parte de su material. Tal vez tendré que dejar de representarlo y empezar a hablar de usted como lo que es; un demonio, de esos que se roban el beso en una mirada.
Sólo me queda mencionarle que en esta prolongada distancia lo pienso y que, si se quiere quedar, a mi lado hay un espacio en el que lo podría dejar recostarse. Aún sabiendo que es por un ratico y que después va a decidir marcharse así, sin más.
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