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No creo que, con el tiempo, la vida se ponga mejor, más fácil o llevadera.
Creo que la vida es como ocurre día a día, con sube y bajas, momentos de angustia y de sosiego, y que creer que se pondrá mejor con el pasar del tiempo implica depositar nuestras expectativas en un futuro que no nos pertenece, creer en una concepción de perfección imposible e innecesaria. Así, tal vez para algunos resulte más llevadero concebirla como perfecta y dichosa, pero en algún punto quedan quienes no lo ven así, quienes la ven con la neutralidad del pasar de los días, o la nostalgia de extrañar el pasado, y siguen en la vida, como las cosas que no tienen mucho sentido. Para ellos resulta exagerado, algo extravagante, pensar en que se pondrá mejor; ¿cómo podría ponerse mejor el tener más arrugas, dolores en el cuerpo o responsabilidades encima? Puede que les genere algo de angustia, puede que oculten la angustia con superficialidades y le huyan, hasta el final de los días, a la interiorización de lo que es su vida, del estado en el que se encuentra y lo que sienten frente a determinadas circunstancias o momentos de la misma, ¿y eso está mal? Tal vez no, quién lo sabe, no hay una única forma de vivir, no hay recetas secretas para ir a través de un suceso que es producto netamente del azar, de la no voluntariedad, como es el hecho de haber llegado a un mundo desconocido y, día tras día, improvisar la forma en la que lo conocemos y nos desenvolvemos a través del mismo.
La vida es así. No es mejor, ni peor, es ella, en su cauce y según sus formas. Categorizarla o exigirle que tenga determinada forma es desconocer su propia naturaleza, forzarla a ser lo que no es.
No creo que, con el tiempo, la vida se ponga mejor, más fácil o llevadera. Creo, tal vez, que algunos se hacen más sabios, "maduros", resilientes, y son más capaces de ir a través de ella con menos afectaciones. Y algunos simplemente no, y ya está.
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