Sintonía
Quiero escribir sobre la maravilla de coincidir.
Quiero decir que es la clave de las relaciones. Que somos como partículas dispersas, buscando, sin saber, un objetivo que se adecúe a nuestras necesidades.
Que vivimos movidos por una mezcla de instintos y propulsiones, creyendo que tenemos facultades decisorias, cuando en realidad estamos condicionados por lo que nos rodea y los rasgos de una personalidad que, en su mayoría, no escogimos. Es por eso que encontrarte con alguien que se encuentre en el mismo momento en el que estás y que vibre de forma tal que se acompase a tu vibración, resulta una situación rara e inusual.
No parece así, las calles están llenas de “enamorados”, pero es todo porque somos millones y unos pocos afortunados. También es así porque muchos viven en búsqueda de compañía, no importa si no se adecua a su forma de vida, porque de todas formas siempre se puede manipular o el otro acomodarse a lo que quiera. Al fin y al cabo, lo importante es que se acompañen y así no caigan en la temible soledad a la que muchos le huimos. Es normal, también son instintos y condicionamientos culturales, somos monógamos y nos pasamos la vida en busca de una pareja que no nos permita convivir con nuestro interior, porque le tenemos miedo; queremos evitar conocernos, para que no se nos haga tan difícil manejar las situaciones y la vida.
Quiero decir que es la clave de las relaciones. Que somos como partículas dispersas, buscando, sin saber, un objetivo que se adecúe a nuestras necesidades.
Que vivimos movidos por una mezcla de instintos y propulsiones, creyendo que tenemos facultades decisorias, cuando en realidad estamos condicionados por lo que nos rodea y los rasgos de una personalidad que, en su mayoría, no escogimos. Es por eso que encontrarte con alguien que se encuentre en el mismo momento en el que estás y que vibre de forma tal que se acompase a tu vibración, resulta una situación rara e inusual.
No parece así, las calles están llenas de “enamorados”, pero es todo porque somos millones y unos pocos afortunados. También es así porque muchos viven en búsqueda de compañía, no importa si no se adecua a su forma de vida, porque de todas formas siempre se puede manipular o el otro acomodarse a lo que quiera. Al fin y al cabo, lo importante es que se acompañen y así no caigan en la temible soledad a la que muchos le huimos. Es normal, también son instintos y condicionamientos culturales, somos monógamos y nos pasamos la vida en busca de una pareja que no nos permita convivir con nuestro interior, porque le tenemos miedo; queremos evitar conocernos, para que no se nos haga tan difícil manejar las situaciones y la vida.
Pero ese no es el punto, el punto es que llegar a la vida de una
persona, en el momento exacto en que pueda recibirte en ella y juntos caminar un
solo camino, finalmente resulta una maravilla casi utópica.
Y nosotros coincidimos, ¿te das cuenta del milagro?
Y nosotros coincidimos, ¿te das cuenta del milagro?
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