Con permiso

No te enamores de mí porque estoy perdida.
Porque mi cuerpo no lo poseo yo, sino la zozobra y la indecisión. 
Porque mi espíritu es libre y de repente dejo de estar para todos.

No te enamores de mí porque soy frágil, no tengo percepción del espacio y me cuesta recordar los detalles, a veces me pierdo en mí y la gratitud es un concepto que aún se me dificulta acoger. Tampoco tengo la capacidad de dimensionar el riesgo y mi temeridad me llena de situaciones infortunadas.

No te enamores de mí porque tiendo a ser inconforme, reservada, crítica, analítica, para nada espontánea, de vez en cuando irresponsable, tímida en cada una de mis puntas, a veces amante del cambio, pero otras un poco suspendida. 

No te enamores de lo que este conjunto de defectos tienen para ofrecerte, porque suelo ser bastante desprendida, indiferente, evasiva, me hastío con facilidad, no me gusta la atención en exceso, disfruto tanto de la soledad que incluso puedo llegar a forzarla y podría decir que soy poco predecible.

No te enamores de mí aunque te lo pida, aunque con actos y palabras aclame por tu amor, porque soy volátil y tal vez mañana no recuerde por qué te pedí que lo hicieras. 
También puede ser que me enamore y te viva poro a poro, pero tengo esta propensión a la tragedia que puede hacerte daño y tampoco quiero ser quien te suspenda.

No te enamores de mí, aunque al pedírtelo lo hagas porque, francamente, esa sería una acción a propio riesgo por la que no estoy dispuesta a responder.



Comentarios

  1. "No te enamores de mí aunque te lo pida, aunque con actos y palabras aclame por tu amor, porque soy volátil y tal vez mañana no recuerde por qué te pedí que lo hicieras". 🖤

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Historia impropia

Dudas existenciales