Lo bueno es que, cuando por fin entienda que tu partida es definitiva, será porque ya te habré olvidado.
Con permiso
No te enamores de mí porque estoy perdida. Porque mi cuerpo no lo poseo yo, sino la zozobra y la indecisión. Porque mi espíritu es libre y de repente dejo de estar para todos. No te enamores de mí porque soy frágil, no tengo percepción del espacio y me cuesta recordar los detalles, a veces me pierdo en mí y la gratitud es un concepto que aún se me dificulta acoger. Tampoco tengo la capacidad de dimensionar el riesgo y mi temeridad me llena de situaciones infortunadas. No te enamores de mí porque tiendo a ser inconforme, reservada, crítica, analítica, para nada espontánea, de vez en cuando irresponsable, tímida en cada una de mis puntas, a veces amante del cambio, pero otras un poco suspendida. No te enamores de lo que este conjunto de defectos tienen para ofrecerte, porque s uelo ser bastante desprendida, indiferente, evasiva, me hastío con facilidad, no me gusta la atención en exceso, disfruto tanto de la soledad que incluso puedo llegar a forzarla...
Comentarios
Publicar un comentario