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Mostrando entradas de enero, 2015

El instante

¿Dónde estarán los siglos, dónde el sueño De espadas que los tártaros soñaron, Dónde los fuertes muros que allanaron Dónde el Árbol de Adán y el otro Leño? El presente está sólo. La memoria Erige el tiempo. Sucesión y engaño Es la rutina del reloj. El año No es menos vano que la vana historia. Entre el alba y la noche hay un abismo De agonías, de luces, de cuidados; El rostro que se mira en los gastados Espejos de la noche no es el mismo. El hoy fugaz es tenue y es eterno; Otro Cielo no esperes, ni otro Infierno. Jorge Luis Borges

Parayuxtada.

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Usted es un instante queriendo permanecer y me tiene aquí, dejándolo alargar entre letras y miradas imaginarias, porque lo único que nos queda es permitirnos ser esta corta ilusión óptica, que nos desvanece de a poquitos y nos quema los poros ya desgastados por esperar besos y mordidas, que tal vez nunca sucedan. Duración media de un espejismo: indeterminada, teniendo en cuenta que no existe medida de tiempo para calcular la relación entre los rayitos de sol que iluminan su sonrisa y mi mentón expectante por sus labios. Dejarlo ir ya no es una opción, no después de descubrir que las supernovas son estrellas que explotan, liberando en el espacio [mis células contraídas por la oxitocina] parte de su material. Tal vez tendré que dejar de representarlo y empezar a hablar de usted como lo que es; un demonio, de esos que se roban el beso en una mirada. Sólo me queda mencionarle que en esta prolongada distancia lo pienso y que, si se quiere quedar, a mi lado hay un espacio en el qu...

Cuarto creciente

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Nocturne op.9 No.2 - Chopin Sos café cortado cósmico, una mezcla de muchos poquitos de todo. Llegás como centro del universo a estallarme en pedacitos, una revolución tan efímera como cualquier otra pero tan contundente como ninguna que haya vivido. Caminar por las calles, evadir las aceras, disfrutar tus palabras, entre esos placeres de la vida que logré sentir antes de que me quedara sin uñas por intentar agarrarte y que te me fueras de un tirón.  Nos fuimos y es natural, las noches se acaban cuando la luna se oculta y desde el principio nos vi como un eclipse, uno que llegó a su fin en el momento en que me alejé entre ramas y hojas secas, cansadas de esperar por vos.  Nunca imaginé un mundo tan deontológico como el nuestro, porque no es nuestro y porque anhelarte se me sale por los poros y por los recuerdos que dejamos inconclusos. Ahora entiendo por qué no soporto a Schubert y es que nos consumimos en la octava, cielo.  Rêverie - Debussy Ya sé ...