Tantos sueños en el aire.

Hoy no te hablo para pedirle una disculpa, esta carta no tiene como propósito convencerte de que volvás, ni mucho menos. Considero que entre vos y yo ciertos temas quedaron inconclusos y antes que nada yo te consideré mi amigo, así es que el día de hoy me decidí por comunicarte expresamente todo lo que pasa por mi mente cuando divago y me encuentro con tu recuerdo; me gustaban tus ojos… sí, ese par de esferas color caramelo. A mí me gustaba quedarme mirándolas -y ahora queda claro que no te clavaba la mirada por retarte, sino sólo por disfrutar del placer que me brindaba el contemplarlas- yo me perdía en esa mirada para encontrarme luego en tu boca, pero tus besos nunca me llevaron tan lejos, todo siempre estuvo en tus ojos. Ahora, me parece pertinente comentar que si de masoquismo se tratara, si de peleas yo me llenara, creéme que en este momento estaría a tu lado o al menos esperando a que volvieras por mí. Pero no, complicarme la vida discutiendo con alguien que no tiene un pun...

No sé si pienses en mí. Creo que me gustaría que así fuera, pasan los días, pasa un año completo y aquí sigues. No entiendo cómo hacer para olvidarte, es algo que suelo creer que hago, pero termino dándome cuenta de que no es así. Tal vez mientras estoy aquí pensando en ti, en mí, en todo lo que vivimos, tú estás pensando en alguien más. La distancia no salva muchos recuerdos, mi mente lo ha hecho y yo puedo asegurar que la tuya no. Me gustaría saber de ti una vez más, que buscaras la forma de hablarme, buscarme así fuera sólo para preguntarme de mi vida. Este largo año se ha basado en eso, en esperar eso de ti, en esperarte... Sé que no va a ser como yo quiero, sé que no va a ser como me lo imagino, tal vez ni siquiera sea, pero aquí sigo. Tu recuerdo no me hace daño, después de muchos meses de pensarte, decidí no olvidarte y ahora tu recuerdo no es desagradable, al contrario me t...