Al fin y al cabo algún encuentro había, aunque no pudiera durar más que ese instante terriblemente dulce en el que lo mejor sin lugar a dudas hubiera sido inclinarse apenas hacia afuera y dejarse ir, paf se acabó - Julio Florencio
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Mostrando entradas de mayo, 2019
Me caigo y me levanto
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Nadie puede dudar de que las cosas recaen un señor se enferma y de golpe un miércoles recae un lápiz en la mesa recae seguido las mujeres… cómo recaen teóricamente a nada o a nadie se le ocurriría recaer pero lo mismo está sujeto sobre todo porque recae sin conciencia recae como si nunca antes un jazmín para dar un ejemplo perfumado a esa blancura ¿de dónde le viene su penosa amistad con el amarillo? el mero permanecer ya es recaída es jazmín entonces y no hablemos de las palabras esas recayentes deplorables y de los buñuelos fríos que son la recaída clavada contra lo que pasa se impone pacientemente la rehabilitación en lo más recaído hay algo que siempre pugna por rehabilitarse en el hongo pisoteado en el reloj sin cuerda en los poemas de Pérez en Pérez todo recayente tiene ya en sí un rehabilitante pero el problema para nosotros lo que pensamos nuestra vida es confuso y casi infinito un caracol segrega y una nube aspira seguramente recaerán pero una compensación ajena a ellos los re...
Triple T
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Una vez tuve un amor perfecto. De esos en los que te mirás en los ojos de la otra persona y, aunque sea la primera vez, sabés que ahí pertenecés. De esos en los que las palabras y los besos son las mismas melodías, con diferentes notas; en los que las ansias, el corazón acelerado y la complicidad aumentan con cada segundo en que las respiraciones se acompasan entre sí; en los que cualquier parque es refugio y cualquier ciudad perfecta para caminarla de la mano. Una vez me amaron y anhelaron con una pasión tan humana como efímera, con los ojos de ilusión del amante desesperado. Y yo le amé, entre relatos de fantasía, canciones vehementes y brisas de mar que recorrieron kilómetros para estrellarse con nuestras carcajadas. Nos bastó un día: para mí ya no había nadie y para él su órbita era yo. Después todo fluyó con naturalidad y, cuando llegó la hora de dejarnos ir, yo sufrí porque quise y él por costumbre, pero entendimos que estar enamorado es precisamente un estado y q...