Voy a usar una metáfora tan cliché como acertada; cuando te conocí estaba rota, vacía, sentía que había poco a lo que podía aferrarme, y entonces vos tomaste todos mis pedazos y los uniste. Ambos creímos que sería permanente y por eso, al soltarme, creí que me habías hecho daño. Pero, así como el pegante de papel no es capaz de mantener unidas las partes de un vidrio, en realidad solo me dejaste tal como me habías encontrado tiempo atrás. Por eso no quiero que vengás, ni vos ni alguien nuevo, porque si me dedico a dejar que otro una mis partes, nunca sabré realmente cómo repararme sola y lo necesito.
Entradas
Mostrando entradas de enero, 2019