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Mostrando entradas de noviembre, 2014

Disonancia cognitiva

No sé qué hacían estas ansias desgastadas en la intemperie, porque la lluvia llegó con prisa y ahora están casi arruinadas [ojalá que la prisa no me cobre tu mirada]. De pronto es culpa de los dedos estáticos y el deseo a medias, de la rebeldía absurda y la indeterminación. Porque vos y tu partida Las mañanas no pueden ser menos mágicas, mis retinas dejaron de reflejar sus colores en el momento en que ya no tuve con quién verlas o alguna razón para hacerlo. Además, he dejado de buscar palíndromos con el verbo "tener" y el pronombre "tú", esas costumbres se me acaban cuando me percato de la ausencia [al derecho y al revés me faltas]. Últimamente me he visto en el prolongado dilema de no saber si dormir y no despertar o no dormir nunca. Despertar dejó de ser una opción en el momento en que supe que no estarías a mi lado, pero dormir se ha vuelto tedioso, ya no hay sueños que quiera soñar porque ahí tampoco estás. Por lo menos disfruté del insomnio entre tus...

Prolegómenos a la utopía.

"Aún queda por definir si disfruto más el esplendor de su presencia o la ansiedad por su llegada". Esa figura ideal que forman sus brazos al rededor de mi torso suele ser un lindo lugar para pensarnos, porque en la distancia me gusta imaginar sus poros achinados y sus labios en busca de mis besos. Debería dejar que sucedamos, porque estas ganas de auroras sólo me las quita usted y la idea de volver a ese punto en el que la sinfonía inconclusa de sus dedos sobre mi piel nos lleva lejos, me parece suficiente para que lo permita. Deje que seamos, porque no me molestaría perder el tiempo en su espacio... despacio. Déjenos ser. "Dulce magnetismo, dos cargas opuestas buscando lo mismo".
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Lo que usted no sabe es que, de todos los precipicios, siempre voy a terminar escogiendo el suyo.

Sentipensando-te.

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Sos primavera Cuando mostrás una media sonrisa y empezás a dibujar la vida con tus palabras. Cuando llegás con tranquilidad y me envolvés con una mirada profunda y llena de misterio. Cuando me permitís entrar en tu realidad y me hacés creer en razones para quedarme. Soy invierno Cuando pienso en vos sabiendo que no hay forma de tenerte. Cuando me acuerdo de que no está mal sentirte, pero que no debería hacerlo.  Y es que tal vez sí, pude haber llegado en otro momento a tu vida. Somos otoño Cuando en un instante,  de repente, se forma un puente de infinitos entre tu mirada y la mía.